Según el último informe elaborado por la Association of Certified Fraud Examiners los canales de denuncia aportan hasta el 40% de los indicios necesarios para prevenir irregularidades (por delante del 14% o 3% de las auditorías internas y externos, respectivamente).
Pero los canales de denuncia por sí solos no tienen sentido sin los denunciantes que son quienes notifica los hechos y ayudan a detectar las irregularidades que están frenando la empresa. Estas personas pueden ser desde trabajadores, clientes, proveedores hasta voluntarios, que con su buena voluntad quieren notificar hechos que ayuden a mejorar la empresa y la convivencia.
En conocidos casos televisados, la persona alertadora pasa a ser represaliada por la empresa (normalmente cuando se denuncia alguna irregularidad cometida por estamentos superiores), mientras está actuando por el interés general de los trabajadores y la sociedad.
La protección de las personas alertadores (o “whistleblowers”) es esencial si queremos tener una sociedad justa, ética y sostenible, por ello la acción de denunciar una irregularidad debemos protegerla e incluso recompensarla.
La directiva europea 2019/1937, que se transpondrá al ordenamiento jurídico de los diferentes países europeos antes de que termine el año tiene el objetivo de proteger a los denunciantes, mediante herramientas y procedimientos de anonimización de las denuncias y tratamiento de estas sin revelar la identidad del denunciante, incluso en ciertos casos cuando llega a manos judiciales.
Desde WhistleForm estamos completamente comprometidos en proteger la identidad de los denunciantes, proporcionando herramientas que lo puedan garantizar, y hoy 23 de junio, día mundial de la persona alertadora, lo celebramos deseando que se sigan implementando y mejorando leyes y procedimientos que nos ayude a tener organizaciones más éticas y crecer como sociedad.
Feliz día de la persona alertadora!